La boda en la Ermita de la Regalina de Adri y Pedro

La verdad que llevo días intentando escribir algo sobre Adri, Pedro y su boda en la Ermita de la Regalina de Cadavedo. Y la verdad, por otra parte, es que lo que pasó ese fin de semana en Asturias es difícil de explicar.

Podría empezar por el principio, un principio que nos sitúa en la playa de Valdearenas, en Cantabria, donde nos conocimos en persona para su preboda. Porque si decides hacer un reportaje de pareja en la playa en agosto, lo que te imaginas es un día soleado para disfrutar del mar y de ellos. Pues nada más lejos de la realidad. El día nos tenía preparado un diluvio universal que no habría podido afrontar ni el mismo Noé. Nubes negras, lluvia torrencial y, obviamente, nadie más en la playa que nosotros. Fue la mezcla perfecta para unirnos para siempre y permitir agenciarnos Turnedo de Iván Ferreiro hasta el resto de nuestros días.

Si eso había sido la preboda, yo sólo deseaba que llegara su boda civil en la Ermita de la Regalina. Y tres semanas después nos volvimos a ver. El punto de encuentro fue el Hotel Rural Cantexos, a pocos kilómetros de la Regalina, donde todos los invitados creían que tendría lugar al día siguiente tanto la ceremonia como la celebración de la boda. Pero no era así. Y es que Pedro y Adri, cosa que yo sería incapaz de conseguir, habían escondido durante meses que su boda sería sobre un acantilado, para que los invitados pudieran descubrirlo como lo hicieron ellos por primera vez, por sorpresa. Un lugar con el que soñaba desde que decidieron contar conmigo para su boda en Asturias.

Fue una preboda llena de encuentros y reencuentros en petit comité, ya que su lista de invitados estaba formada por sus familiares y amigos más cercanos. Sin ataduras ni compromisos, únicamente sus personas favoritas. Y llegó el día.

Una boda en la Regalina de Cadavedo, una ermita sobre el acantilado

Anunciaban lluvia pero, como cayó toda en la preboda, el día nos sorprendió con un cielo azul libre de nubes. Mientras Adri se maquillaba en compañía de su madre en una habitación, Pedro reunía a sus mejores amigos con cerveza en mano para ayudarle con sus preparativos. Y es que vestirte con tus amigos el día de tu boda es un plan infalible. Adri eligió un vestido de novia de Victoria Imaz, con una diadema increíble de India Studio que era la combinación perfecta al peinado y maqullaje de Yolanda Abarrio. Mientras, Pedro se decantó por un traje diseñado por la Sastrería Aldabaldetreku de San Sebastián.

Los invitados montaron en un autobús con un destino secreto: una boda íntima en la Ermita de la Regalina. Y podéis imaginaros sus caras al descubrir el plan que habían preparado este par, el cual fue posible con la ayuda incondicional de María y Laura de La Mar de Momentos, sus wedding planners en Vitoria.

La ceremonia civil en la Regalina fue de las más bonitas que he llegado a vivir, decorada con la magia de Flores El Invernadero, de Oviedo. Estuvo cargada de lágrimas y risas gracias a los discursos de los más valientes. Y nos fuimos de vuelta a Cantexos, esta vez sí, donde nos esperaba una celebración a cargo del catering Balbona. La tarde caía sobre los maizales y la comida dió paso a un baile no apto para todas las caderas que puso el broche final a su día en el que estuve acompañada por Mikel de Ohhhappyday, quien hizo su vídeo de boda en Asturias.

Si Wes Anderson conociera a Adri y Pedro estoy segura de que les haría protagonistas de su próxima película, porque no me digas que este lugar no te hace pensar automáticamente en su cine. Quizás también podrían contratar a Pedro en el papel del mellizo desaparecido de Jack Pearson en una hipotética séptima temporada de This is us. A mí cualquier a de las dos opciones me harían bastante feliz, la verdad. Porque el destino hizo que una pareja me contratara para su boda en la Ermita de la Regalina y que luego se quedaran en mi vida para siempre. Así que gracias, amigos, por todo.

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