La boda en la Real Fábrica de Cristales de Mariana y Alberto
Cuando Mariana y Alberto visitaron La Real Fábrica de Cristales de La Granja decidieron que sería allí donde celebrarían su boda de otoño. Y es que este edificio, construido entre 1770 y 1784, es un espacio único que respira elegancia y tradición. La arquitectura de este espacio es impresionante y emboba a cualquier amante del arte y el diseño. La primera vez que fui me quedé impresionada de sus techos altos, los enormes ventanales y esa sensación de amplitud que envuelve cada rincón. Es un lugar que respira historia y elegancia, pero sin perder ese aire acogedor ideal para celebrar un día tan especial.
Una boda mágica en un lugar único
Empecé el día con ellos durante sus preparativos en el Parador de la Granja. Ambos estaban rodeados de sus familias, lo que les ayudó a tener los nervios bajo control. Alberto eligió para su boda un chaqué azul marino con un chaleco a juego y el reloj que le regaló Mariana. Ella confió en Rosa Clará para su vestido de novia: sencillo, con mangas de gasa y puños con una puntilla súper bonita. Como no estaba acostumbrada a ir en zapatos, eligió unas manoletinas de Svetis Stefan para ir bien cómoda. El toque especial se lo dieron las horquillas de El Joyero de Alejandra, los pendientes de MdePaulet y un anillo de Urbieta Antique.
Su boda fue religiosa en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en el Real Sitio de San Ildefonso. Su retablo cuenta con una pintura enorme que me dejó muda y maridaba increíble con las flores de Loving Lavanda. La ceremonia fue emotiva y el rito de la velación con mantilla fue un momento muy especial para ellos. Una vez acabada la ceremonia, volvimos a la Real Fábrica de Cristales para disfrutar del resto del día. Del cóctel y la comida se encargó el catering Artigot, que es una apuesta segura para cualquier evento de esta importancia. Mariana es mexicana y no faltaron en la boda guiños a su cultura: los tacos, las calaveras y el tequila fueron los protagonistas del día.
Desde la entrada al comedor ya pude ver que lo suyo sería una de esas bodas que son difíciles de olvidar. Y es que un montón de capitanes de mesa y chupitos de tequila son siempre una mezcla peligrosa. Y así fue. Llegamos a la barra libre con High Volume y la fiesta metida en el cuerpo pero aún nos quedaba una última sorpresa. Un grupo de mariachis aparecieron en mitad de la noche para poner el punto y final a un gran día en la Real Fábrica de Cristales. Porque elegir al equipo de Espacios Prados Riveros para tu boda en Segovia es siempre una garantía de éxito.
La Real Fábrica de Cristales y su entorno histórico
La verdad que me siento afortunada por haber tenido la oportunidad de fotografiar bodas en la Real Fábrica de Cristales. No es solo un lugar con mucha historia, sino que tiene algo especial que lo hace perfecto para una boda. Sus espacios son enormes, pero al mismo tiempo acogedores.
Dependiendo de cómo entra la luz, el ambiente cambia completamente, y los detalles del cristal hacen que todo se vea mágico. Porque el hecho de estar ligado a la artesanía del cristal le da un toque único, como si cada detalle estuviera pensado para reflejar luz y belleza. Como fotógrafa de bodas en Segovia, es de esos sitios que, cuando los ves, sabes que va a ser un lugar inolvidable.